20 años de Eslovaquia en la UE – Portugal

20 años de Eslovaquia en la UE – Portugal

Portugal es un país con una rica historia y una viva cultura que puede presumir de fascinantes gestas. El país fue la primera potencia marítima del mundo y en los siglos XV y XVI Portugal lideró, entre los países europeos, la exploración marítima y de nuevas tierras. Fernando de Magallanes fue el primer hombre en circunnavegar el globo, Vasco de Gama descubrió la ruta marítima a la India y Bartolomeu Dias fue el primero en doblar el extremo sur de África. A principios del siglo XVI, los portugueses exploraron la Península Arábiga, y Tomé Pires, el primer embajador europeo en China, describió con detalle el puerto de Adén, puerta del Mar Rojo, antes de 1515. Los portugueses fueron, de hecho, los primeros europeos que desembarcaron en las costas japonesas, y algunas de las expresiones que llevaron consigo aún se conservan en el idioma nipón.

Portugal se convirtió en miembro de pleno derecho de la Unión Europea el 1 de enero de 1986. Pero su camino hacia la Comunidad Europea no fue fácil. Al contrario. Lo explica Maria João Lopes Cardoso, Embajadora de la República de Portugal en Eslovaquia.

El 25 de abril de 2024 celebramos el 50 aniversario de nuestra revolución, conocida como la Revolución de los Claveles. Esta revolución fue un punto de inflexión para que solicitáramos la adhesión a la Comunidad Económica Europea tras el paso a un sistema democrático. Anteriormente, Portugal había sido criticado por ser uno de los últimos países en mantener colonias en África y Asia, lo que dio lugar al proceso de descolonización. Tras el cambio de régimen, presentamos nuestra candidatura en 1977 y, tras casi diez años de preparación, ingresamos en la Comunidad Europea como miembro de pleno derecho en 1986…

Hasta 1986, en las afueras de Lisboa había barrios marginales donde vivía sobre todo gente de las antiguas colonias portuguesas. Ese año, cuando Portugal se convirtió en miembro de la Comunidad Europea, la vida del país empezó a cambiar a un ritmo fantástico. La economía creció rápidamente y el PIB per cápita de Portugal, que en 1985 era sólo el 53% de la media de la Comunidad Europea, había aumentado en 1997 a más del 70% de la media de la UE. La esperanza de vida aumentó y la mortalidad infantil disminuyó. La educación y la sanidad han mejorado sustancialmente, y todo el proceso de preparación para la adhesión a la UE ha ayudado a Portugal a reforzar la democracia. Además, el país adoptó rápidamente el euro, se incorporó al espacio Schengen y, aunque Portugal es un país pequeño, es muy activo en política exterior. Desde su adhesión a la Comunidad Europea en 1986, el crecimiento de la sociedad civil y el desarrollo de la democracia en el país han sido muy fructíferos, lo que se refleja plenamente en el sentimiento proeuropeo de sus ciudadanos. Así lo explica Maria João Lopes Cardoso:

Uno de los hechos destacables es que la población portuguesa en general es una de las mayores partidarias de la Unión Europea, quizá incluso la mayor. Aproximadamente solo el 6% de la población podría estar en contra de ella. Los portugueses somos muy proeuropeos, porque hemos visto una mejora significativa de nuestras condiciones de vida. No criticamos a la UE y no sentimos que hayamos perdido parte de nuestra soberanía. Al contrario, sentimos que, como país pequeño, somos una parte importante de una gran Unión Europea y que podemos participar en procesos de toma de decisiones que pueden cambiar el mundo.

Geográficamente, Portugal y Eslovaquia se encuentran en lados opuestos de la Unión Europea. Quizá sea este hecho el que influye fundamentalmente en las relaciones económicas entre nuestros dos países. Portugal no se encuentra entre los diez mayores socios comerciales de Eslovaquia, ni participa en la inversión extranjera directa en nuestro país. Sin embargo, en los últimos siete años, el comercio mutuo entre ambos países se ha multiplicado. Eslovaquia ha exportado a Portugal sobre todo productos laminados, así como maquinaria y lavadoras domésticas. Portugal exporta a Eslovaquia sobre todo productos semiacabados y materias primas para su posterior transformación. Las empresas portuguesas envían sobre todo productos de plástico, cables para automóviles y material eléctrico para vehículos y asientos. Según el Ministerio de Economía eslovaco, las relaciones bilaterales seguirán desarrollándose a medida que se consoliden los contactos entre las empresas eslovacas y portuguesas. La Embajadora, Maria João Lopes Cardoso, afirma:

Las relaciones bilaterales son excelentes. Reconocimos la independencia de Eslovaquia ya en 1993 y abrimos una embajada en 2005. Hemos realizado visitas de Estado recíprocas y hay consultas políticas regulares. Nuestra balanza comercial no es grande, lo que se debe a factores geográficos y económicos. Cada país tiene sus principales mercados en sus inmediaciones. Nuestros principales mercados son España, Francia y Alemania. Eslovaquia también tiene sus mercados preferentes, lo cual es lógico dada la distancia que nos separa. Pero últimamente, una mayor parte de la economía ha empezado a estar constituida por la tecnología, y la tecnología no es algo que se exprese en mayores movimientos de camiones. Así que ahora es un momento ideal para reforzar y profundizar nuestra relación. Eslovaquia es nuestro decimonoveno socio comercial, pero hemos visto un aumento medio del volumen de negocio del 89% desde 2019.

El problema de encontrar métodos y enfoques que influyan positivamente en el crecimiento del comercio exterior mutuo también es abordado por los portugueses residentes en Eslovaquia. Algunos de ellos conocen bien el entorno empresarial de ambos países y están adoptando medidas concretas en este ámbito. El Sr. Jorge Chaínho Manuel, asesor de una multinacional farmacéutica y que vive en Europa Central desde hace muchos años, explica:

De hecho, conozco bastante al respecto, ya que trabajo con la Cámara de Comercio portuguesa. Hay muchas posibilidades de ampliar los intercambios y la cooperación. Actualmente estamos trabajando en la creación de una organización sin ánimo de lucro llamada Asociación Portuguesa en Eslovaquia. El objetivo de esta organización será el de promover y mejorar las relaciones comerciales entre Portugal y Eslovaquia. Portugal se percibe a menudo como un país exótico, remoto, con playas y palmeras, que hace soñar a la gente. Sin embargo, Portugal tiene mucho más que ofrecer. Así que aquí hay mucho potencial, y estamos trabajando con la Embajada y la Cámara de Comercio portuguesa para estimular las relaciones comerciales.

Los portugueses que viven en Eslovaquia son activos no sólo en la búsqueda de formas de aumentar la intensidad y el valor del comercio eslovaco-portugués, sino que también son muy útiles en la profundización de las relaciones entre nuestros países. Así lo confirma también la Embajadora Maria João Lopes Cardoso:

Tengo la suerte de contar con un grupo de ciudadanos portugueses aquí en Bratislava que están bien integrados, la mayoría son familias mixtas. Son gente con muchas ideas en muchos campos: negocios, tecnología, cultura. Y decidieron formar un pequeño grupo que me apoyara. Así que un pequeño grupo de portugueses y sus cónyuges eslovacos vienen con ideas y sugerencias. Y siempre que tengo que hacer algo, me dan ideas.

Crear un grupo de personas para ayudar y apoyar a la Embajadora en su trabajo es una iniciativa muy interesante y poco convencional. El Sr. Jorge Chaínho Manuel fue uno de los iniciadores de este grupo. Explica que, en total, hay unos 150 portugueses en Eslovaquia. La comunidad portuguesa es, como puede verse, relativamente pequeña. ¿Quiénes son estas personas y qué les trajo a Eslovaquia? Jorge Chaínho Manuel responde a estas preguntas:

Muchos portugueses que han terminado sus estudios universitarios en Portugal han abandonado el país debido a los bajos salarios y a la falta de oportunidades para encontrar un trabajo bien remunerado. Hay varias empresas en Eslovaquia, no sólo en Bratislava sino también en otras ciudades, que emplean a jóvenes en sus equipos de apoyo, equipos de apoyo internacionales con sede en Eslovaquia. También hay gente que, como yo, se ha enamorado de una eslovaca y nos hemos quedado aquí por amor.

Recientemente se ha creado una nueva dinámica que une a la comunidad portuguesa. Se comunican entre ellos a diario. Son muy activos, se están formando nuevas relaciones y amistades. Y todos sienten un poco de nostalgia de su hogar.... Continúa Jorge Chaínho Manuel

Lo que más echo de menos es el mar y el océano. Como portugués que vive en un país situado en el interior, es algo que no puedo evitar. La comida es otra cosa que echo de menos: la cocina portuguesa es muy diferente de la de aquí, con una gran variedad de pescados y mariscos, como la langosta, que aquí es difícil de encontrar. La gente en Portugal también es extremadamente abierta y amable, y ahora que llevo tanto tiempo fuera, puedo decir objetivamente que son mucho más abiertos de mente que la gente de Europa Central y del Este, y no sólo en Eslovaquia. En general, aquí la gente es más cerrada. Si nos fijamos en el número de personas que hablan idiomas extranjeros, es un porcentaje relativamente pequeño. En Bratislava no es así, pero fuera de la capital es difícil encontrar a alguien que hable inglés o cualquier otro idioma con fluidez. Así que lo que más echo de menos es la forma de ser de la gente, el océano y la comida. Estas tres cosas.

Portugal difiere de Eslovaquia en absolutamente todos los aspectos. Hay diferencias en la lengua, la cocina, las tradiciones, la pasión, el fútbol, así como en la arquitectura, el diseño de los edificios y el estilo de vida. La cultura portuguesa se enriquece con música como el fado y bailes tradicionales. El Instituto Portugués de Bratislava desempeña un papel esencial en el conocimiento del país, de Portugal. Elena Seitler, del Instituto Portugués, nos hablará de ello:

El Instituto Portugués se constituyó como asociación civil en 2001. Nuestro principal enfoque y por lo tanto nuestro principal objetivo siempre ha sido la difusión de la lengua portuguesa y las culturas de los países donde se habla portugués. Empezamos con varias traducciones, interpretación, cursos, y más tarde, poco a poco, nos convertimos más o menos en una editorial y publicamos varios libros, traducciones del portugués. Por ejemplo, uno de los últimos libros que hemos publicado se titula "Ecuador" de Miguel Sousa Tavares y fue leído en la Noche de la Literatura en varias ciudades de Eslovaquia. También hay libros que traducimos del portugués y, por lo tanto, no sólo portugueses, sino también muchos brasileños, de Angola, de Mozambique.

Uno de los tesoros inmateriales de Portugal de importancia mundial es la propia lengua portuguesa. Cuando hablamos de la lengua portuguesa a nivel global, nos encontramos con el término "lusofonía". Este término es interesante porque, mientras que las lenguas francófonas se asocian claramente con el francés y las anglófonas con el inglés, con las lenguas o países lusófonos muchos dudan porque no están seguros de lo que significa el término. La respuesta es sencilla: "lusofonía" viene del nombre romano de la región que ahora ocupa Portugal, Lusitania, y se refiere a los países donde se habla portugués.

Sólo el 5 por ciento de las personas que hablan portugués viven en Portugal. El 95 por ciento restante está fuera. Los angoleños son en cifras comparativas, el mismo número que los portugueses: si 10 millones viven en Portugal, aproximadamente 10 millones lo hacen en Angola. Además de Angola, 26 millones y medio de personas hablan portugués en Mozambique. Pero esto no es nada comparado con Brasil. En Brasil hay hasta 215 millones de habitantes y así con estos números el portugués se convierte en la sexta o séptima lengua más hablada. Eso es algo muy interesante porque si tomas el hecho de que Brasil es el 5º país más grande del mundo y el más grande del hemisferio sur con más de 200 millones de personas y, además, tenemos la enorme Mozambique, encontramos que en realidad el portugués es el idioma más hablado en el hemisferio sur.

Lisboa, capital de Portugal, es más antigua que Roma y una de las ciudades más antiguas de Europa. Su rica historia se remonta miles de años atrás, a los asentamientos fenicios. Portugal tiene casi mil kilómetros de costa, repleta de hermosas playas de arena, muy frecuentadas por surfistas y amantes del sol. El vino de Oporto, las Azores, Madeira... estos nombres resultan familiares a casi todo el mundo. Portugal ofrece una serie de lugares hermosos y únicos para visitar, porque cada uno de ellos es especial. Portugal está lleno de vida, color, comida deliciosa y música inconfundible a cada paso. La embajadora Maria João Lopes Cardoso habla de lo que hace especial al país y de lo que tiene que ofrecer a los eslovacos y a Eslovaquia:

La respuesta obvia es una calidad de vida, diferente a la que hay aquí. Ello es así porque en Portugal vivimos junto al océano. Nuestras playas son excelentes y suelen ser objeto de admiración. Sin embargo, hoy en día no sólo hay que pensar en disfrutar de la vida, sino también en hacer negocios. Portugal es un lugar estratégico, un puente hacia América, Asia y África, gracias a nuestra presencia histórica en estos continentes y a nuestras excelentes relaciones. Hemos creado una comunidad de países lusófonos, donde 260 millones de personas hablan portugués en todo el mundo, y en 2050 deberían ser 380 millones. Brasil, Angola y Mozambique son grandes países, y nosotros somos su puerta de entrada porque sabemos comunicarnos con ellos. También somos un país en el que la industria de energías renovables es fuerte. En 2023, el 61% del consumo de electricidad y el 35% del consumo total de energía procedían de fuentes renovables. Portugal fue el cuarto país europeo en deshacerse de su dependencia del carbón. La innovación, la tecnología y la calidad de nuestras universidades son las razones por las que muchas personas han elegido Portugal como su nuevo hogar, entre otras cosas por el excelente sistema sanitario.

Sin embargo, la vida en Portugal, como en otros países, no consta de solamente cosas positivas. Los portugueses se enfrentan actualmente a muchos problemas que no resultan evidentes a primera vista para los turistas o jubilados de Estados Unidos, Reino Unido o Francia que han elegido vivir el final de sus vidas en este país, a menudo descrito como el "paraíso de los jubilados". Para los portugueses, sin embargo, no es para tanto. Los niveles de felicidad en Portugal son de los más bajos de Europa, lo que no deja de ser sorprendente. Uno se imaginaría algo diferente en un país con un clima y unas playas tan hermosas. A pesar de sus características geográficas, el país se enfrenta a muchos retos. Y los portugueses no son felices. Desgraciadamente, según los resultados de la Encuesta Mundial Gallup, conocida como "Informe Mundial sobre la Felicidad 2024", Portugal es uno de los países con el índice de felicidad más bajo de Europa, de hecho, seguramente el más bajo. Jorge Chaínho Manuel tiene su propia opinión sobre estos resultados y sus causas:

Portugal ingresó en la entonces Comunidad Europea en 1986, lo que supuso una enorme revolución para el país. Desde entonces, el país ha cambiado hasta hacerse irreconocible. Se ha invertido mucho dinero en infraestructuras. También se ha invertido mucho en reforzar las instituciones democráticas, lo que ha tenido mucho éxito. Hoy tenemos una democracia muy estable, una de las más estables de Europa. Pero, y esta es mi opinión personal, tenemos un problema con nuestra élite. Y no solo con la élite económica, sino también con la política. Hace poco celebramos los 50 años de la revolución de 1974. Nuestra democracia está muy bien asentada, pero los fascistas digamos, la extrema derecha, entraron en el Parlamento. Tienen cincuenta diputados que no ocultan su simpatía por el sistema que existía antes de 1974. Resulta irónico que celebremos 50 años de democracia y tengamos cincuenta diputados con tendencias antidemocráticas. Así que nos enfrentamos a ciertos retos. Creo que al final esto puede no ser malo, porque ahora sabemos quiénes son estas personas, lo que piensan y lo que quieren, y puede que los ciudadanos despierten y que las próximas elecciones traigan una composición política diferente del Parlamento.

Eslovaquia y Portugal tienen historias diferentes. Nuestros pasados son diferentes, pero nuestros futuros están estrechamente ligados a nuestro hogar europeo común: la Unión Europea. Miramos al futuro con optimismo y felicitamos una vez más a Portugal por el quincuagésimo aniversario de la Revolución de los Claveles. Y para finalizar escucharemos la felicitación de la Embajadora de Portugal, Maria João Lopes Cardoso, por el vigésimo aniversario de la adhesión de Eslovaquia a la Unión Europea:

Felicitaciones a Eslovaquia en el vigésimo aniversario de su adhesión a la Unión Europea.

Nuestro colega Vladimír Veselov, de la redacción rusa de RSI, ha sido quién nos ha preparado la vista a Portugal.

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Hilari Ruiz de Gauna i Torres

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