Por una puerta situada detrás de un telón negro entramos en el camerino de un club céntrico de Bratislava. Se trata de una sala pequeña con un espejo colocado en la pared y algo de fruta servida en la mesa. En el momento de nuestra entrada, la sala está ocupada por tres artistas que se preparan para su primera actuación en Eslovaquia. Angélica, de pelo largo moreno, que posee una voz afín a un suspiro, ocupa una silla en el centro. En el sofá está Markus, vestido con camisa blanca y tocando un ronroco. Ellos son pareja en la vida real e integrantes de Mirabai Ceiba, una formación musical dedicada al canto de mantras y música espiritual. Les acompaña Miguel, con el pelo recogido, como un moño, entonando una melodía con la flauta.
27. 9. 2017 | 16:46