Durante el Alzamiento Nacional Eslovaco, las mujeres también desempeñaron un papel importante e insustituible. Durante muchas décadas, sin embargo, este hecho se ha descuidado y por eso el tema de las mujeres en el Levantamiento y en la resistencia se refleja relativamente poco en la sociedad en general. Para Martin Posch, historiador del Instituto de Historia de la Academia Eslovaca de Ciencias, “cuando hablamos del Levantamiento Nacional Eslovaco, no sólo nos referimos a las actividades de los hombres y de la lucha con las armas. Una parte igualmente relevante del Levantamiento fue la implicación de las mujeres en toda la diversidad de actividades que llevaron a cabo, ya fueran de inteligencia o de información, y también de apoyo. Sin sus actividades, la lucha armada, si no irrealizable, habría sido considerablemente más difícil”, afirmaba. A pesar del peligro de muerte, los asesinatos, las purgas y las persecuciones, la participación de las mujeres en la resistencia fue considerablemente diversa y el espectro de sus actividades muy amplio. Además de la participación en acciones de combate, estaba el suministro de materiales necesarios a los partisanos, la atención a los heridos e incluso actividades tan básicas como el lavado de ropa y enseres: “al fin y al cabo, que los hombres dispusieran de vendas limpias en las montañas era decisivo para su vida o muerte, para que sus heridas no gangrenasen”, recordaba el historiador. Martin Posch también destacaba la labor de las mujeres como enlaces para obtener y proporcionar información a la resistencia: “Las mujeres, y esto es aplicable a toda Europa, eran considerablemente más hábiles en esto que los hombres, porque podían pasar más fácilmente a través de las fuerzas de ocupación o de las tropas y líneas enemigas. Por ejemplo, una de las formas más frecuentes de pasar, para obtener y proporcionar información, era mediante cochecitos de bebé. También se introducían de esta manera alimentos de contrabando en las montañas”. Una parte importante de la actividad de la resistencia en el momento en que un territorio está ocupado por el adversario consiste en el llamado trabajo silencioso. Se trata de reunir diversas informaciones y transmitirlas a los aliados. A menudo eran mujeres las que destacaban en ello, entre ellas, por ejemplo, Haviva Reik, natural la población de Nadabula, situada cerca de Rožňava quien, con cinco años, en 1919, se trasladó con sus padres a Radvaň, cerca de Banská Bystrica. En 1939 decidió emigrar con su marido a Palestina, entonces bajo administración británica, y más tarde empezó a colaborar estrechamente con los servicios secretos británicos. En el verano de 1944 se unió a la Operación Ámsterdam y se implicó en el Levantamiento Nacional, regresando al territorio del Estado eslovaco con dos misiones. La primera, la oficial, según explicaba el historiador Martin Posch, era la creación de las llamadas rutas de rescate para que los aviadores aliados británicos y estadounidenses derribados pudieran ponerse a salvo. Y la otra, la no oficial, que le fue asignada por los líderes judíos, consistía en obtener toda la información posible sobre el destino de la comunidad judía en Eslovaquia y, si era posible, ayudarles. Después de sofocado el Levantamiento, su grupo también se pasó a la lucha partisana. Sin embargo, a principios de noviembre de 1944, Haviva Reik fue capturada por las tropas nazis, interrogada brutalmente y torturada. Junto con otros 250 judíos aproximadamente, fue asesinada cerca de Kremnička el 20 de noviembre de 1944. Entre las principales representantes de la resistencia antinazi se encontraban también Beatrix Pospíšilová Čelková, apodada Trixi, Hela Volanská, Božena Palacková y Viera Stehlíková. Con todo, el número de mujeres que se unieron a la resistencia y ayudaron en el Levantamiento Armado Nacional Eslovaco de variadas maneras fue inconmensurablemente mayor.
26. 8. 2024 | 14:59